La camiseta de Argentina que ve el Matador Kempes no tiene el “10” de Diego o Messi, tampoco la “9” del Bati o la “11” del Kun, las que se acostumbran a ver hoy en las calles de cualquier ciudad futbolera. Pero un año después volvió a Newell’s y fue titular en el inolvidable equipo que armó el Piojo Yudica, que terminó siendo campeón de la temporada 1987-88 con un plantel compuesto íntegramente por jugadores surgidos en la cantera leprosa.
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